La diferenciación de productos es una táctica empleada por las empresas para distinguir sus productos de ofertas similares en el mercado. Esta estrategia se centra en establecer un punto de venta único o en destacar características particulares que hacen que el producto sea superior o distinto de sus rivales. Las principales formas de diferenciación de productos son la vertical, la horizontal y otras variantes como la diferenciación espacial. La diferenciación vertical se refiere a las variaciones de calidad y precio, que los consumidores pueden evaluar objetivamente. Por el contrario, la diferenciación horizontal es subjetiva y está relacionada con los gustos individuales, como el color o el sabor. La diferenciación espacial utiliza la ubicación geográfica como factor distintivo. Esta estrategia puede suponer una ventaja competitiva, un aumento de los beneficios, un mayor valor para el consumidor y una segmentación del mercado. No obstante, también puede influir en los precios y la demanda, sobre todo cuando existen bienes sustitutivos. demanda[1]especialmente cuando existen bienes sustitutivos.
En economía y marketing, diferenciación de productos (o simplemente diferenciación) es el proceso de distinguir un producto o servicio de otros para hacerlo más atractivo a un determinado mercado objetivo. Esto implica diferenciarlo de competidores', así como de un de la empresa otros productos. El concepto fue propuesto por Edward Chamberlin en su libro de 1933, Teoría de la competencia monopolística.