La gestión de la impresión, un concepto desarrollado por Erving Goffman, se centra en el modo en que las personas dan forma a su autopresentación en la vida cotidiana para alcanzar objetivos personales. Se refiere al método de dirigir o influir en la percepción que los demás tienen de nosotros. Esta táctica es crucial tanto en contextos sociales reales como percibidos, ya que los individuos suelen ser conscientes de que sus acciones son objeto de escrutinio. Las normas culturales y las ambiciones individuales influyen en la gestión de la impresión, que puede utilizarse para satisfacer deseos y aspiraciones personales. Abarca una serie de tácticas, como la autodivulgación y la congraciación, que a menudo requieren un delicado equilibrio entre la autoafirmación y la prevención de la autopromoción exagerada. Al final, una gestión eficaz de las impresiones puede mejorar la posición social de una persona y desempeñar un papel vital en la conservación de la autoestima.
Gestión de la impresión es consciente o subconsciente proceso en el que las personas intentan influencia el percepciones de otras personas sobre una persona, objeto o acontecimiento, regulando y controlando la información en interacción social. Fue concebido por primera vez por Erving Goffman en 1959 en La presentación del yo en la vida cotidiana, y luego se amplió en 1967.
Entre los comportamientos de gestión de la impresión se incluyen las explicaciones (dar "explicaciones sobre un acontecimiento negativo para evitar la desaprobación"), las excusas (negar la "responsabilidad de los resultados negativos") y la conformidad de opinión ("hablar o comportarse de forma coherente con el objetivo"), entre muchos otros. Al utilizar estos comportamientos, quienes participan en la gestión de la impresión son capaces de controlar la percepción que los demás tienen de ellos o de los acontecimientos que les conciernen. La gestión de la impresión es posible en casi cualquier situación, como en los deportes (llevando ropa llamativa o tratando de impresionar a los aficionados con sus habilidades), o en las redes sociales (compartiendo sólo mensajes positivos). La gestión de la impresión puede utilizarse con intención benévola o maliciosa.
La gestión de la impresión suele utilizarse como sinónimo de auto-presentación, en la que una persona intenta influir en la percepción de su imagen. La noción de gestión de las impresiones se aplicó por primera vez a comunicación cara a carapero luego se amplió para aplicarse a comunicación mediada por ordenador. El concepto de gestión de las impresiones es aplicable a campos de estudio académicos como psicología y sociología así como campos prácticos como comunicación corporativa y medios de comunicación.
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